Miel

LA MIEL
 
Es un alimento producido por las abejas a partir del néctar de las flores y otras materias azucaradas que recogen de las plantas, las transforman, enriquecen y las depositan en las celdillas de los panales de cera. Es energético por su contenido en azucares simples, que son asimilidas rápidamente por el organismo, contribuyendo al mantenimiento del esqueleto y a la regeneración de la sangre. Los efectos medicinales de la miel son incuestionables. Contiene propiedades antibióticas, antisépticas y cicatrizantes, siendo muy útil en casos de quemaduras, llagas y heridas. Su actividad antianémica, es muy notable por el aumento de la hemoglobina en la sangre. Facilita las funciones digestivas y respiratorias. Tiene efectos diuréticos y sedativos. Popularmente se conocen sus efectos curativos de la tos, bronquitis, catarros, etc., así como contra el reumatismo y estreñimiento.
Cada variedad de miel tiene unas propiedades específicas, pero hay que destacarla según su origen botánico. En la miel hay 181 sustancias diferentes, su principal aporte son los hidratos de carbono, aunque también contiene prótidos, lípidos, sales fósforo, hierro, potasio, calcio y vitaminas (A, E, C, B6, Y B12). Es un producto complejo, rico en azucares, vitaminas minerales y encimas.
La composición, el aspecto, el sabor, el color, etc. varían mucho dependiendo de las flores que proviene, de su origen. Su valor energético y su fácil digestión son vitales para la actividad física o mental, por su fácil asimilación.

VALORES TERAPÉUTICOS DE CADA TIPO DE MIEL

                                                         MIEL DE FLORES

                                                         Procede de varias floraciones.
                                                         Antiinflamatoria, digestiva y cicatrizante.
                                                         Aumenta la energía y fuerza física.

    
MIEL DE EUCALIPTO

Antitusígena, vías respiratorias.
Catarros y afecciones pulmonares.
Antiséptico de las vías urinarias.
Efectos balsámicos y vermífugos.

       
                                                                          
                                                                        


MIEL DE AZAHAR

Propiedades antiespasmódicas.
Relajante. Ayuda a conciliar el sueño.
Recomendada como calmante.

  
    

     MIEL DE ROMERO

Acidez y úlceras de estómago.
Enfermedades hepáticas, cirrosis y gota.
Epilepsias, reumatismo y vértigo.
Contra el agotamiento físico e intelectual.
 




MIEL DE TOMILLO

Afecciones respiratorias.
Tos convulsiva y asma.
Regula la tensión arterial.
Tonificante ante la fatiga.

 



MIEL DE AGUACATE

Rica en hierro orgánico. Contra anemia.
Sube la tasa de hemoglobina.
Propiedades diuréticas.
Sabor fuerte, utilizada en cocina.





MIEL DE CASTAÑO

Rica en hierro, y taninos.
Rica en polen, sabor fuerte.
Facilita la circulación.
Recomendada para asmáticos.




MIEL DE BOSQUE

                                                        Rica en sales minerales.
                                                        Densa, de sabor fuerte.
                                                        Afecciones pulmonares.
                                                        Anemia y disentería.


ES BUENA LA MIEL PARA LA SALUD

Desde muy antiguo a la miel se le ha reconocido propiedades terapéuticas y preventivas muy interesantes como antimicrobiana y en afecciones del aparato respiratorio. los científicos reconocen una acción eficaz contra las infecciones, reforzada por una acción descongestionante de las mucosas de la garganta, si se toma con leche caliente. Pero no se trata de una panacea: en caso de anginas con fiebre, es preferible acudir al médico. Debido a sus componentes, la miel está calificada en el grupo de los alimentos hidrocarbonados, es decir, los que están formados por hídrógeno, carbono y oxígeno, elementos que proporcionan calorías al organismo, lo cual se traduce en energía. Pero la cosa no es tan sencilla como parece.

En la composición de la miel participan más de 70 sustancias diferentes, de acuerdo a la variedad, que depende el tipo y la cantidad de flores libadas por las abejas, el tipo de colmena y las condiciones climáticas y regionales. Un 60 a 80 por ciento de la miel está compuesta por monosacáridos, azúcares simples que el organismo asimila directamente; 1,7% de sacarosa; 4,8% de dextrina; 0,2% de gomas naturales, las cuales, junto a la dextrina, impiden que la miel cristalice; 0,8% de materias nitrogenadas proteínas y aminoácidos, entre otras; 2,8% de materias no azucaradas; 70% de agua si es mayor esta proporción, se acelera el proceso de deterioro de vitaminas y enzimas, y 0,3% de ácidos orgánicos, entre otros, ácido cítrico, láctico, fórmico y fosfórico. No conforme con esto, la miel contiene minerales como el potasio y el fósforo, este último elemento importante para la metabolización de los hidratos de carbono; oligoelementos, como alumnio, cadmio, silicio, boro, titanio, plomo, níquel, cinc, litio, escaño, cromo y radio; pequeñas cantidades de vitaminas del grupo B, vitamina C y ácido pantoténico; enzimas tanto vegetales como animales (provenientes del polen de las flores y de las mismas abejas), que son las encargadas de facilitar que el organismo asimile fácilmente los azúcares sin causar problemas digestivos, e inhibinas, las cuales aportan su acción antibiótica y, actuando conjuntamente con los monosacáridos y la acetilcolina la cual, además, favorece la irrigación sanguínea aportan a la miel una acción curativa sobre heridas. Una de las razones por las que se debe evitar someter a la miel a altas temperaturas es que las inhibinas se destruyen por acción de la luz y el calor.

Quizás las malas noticias son para las personas que cuidan su dieta contando calorías, porque 100 gramos de miel contienen 325 calorías; sin embargo, esto es especialmente recomendable para quienes requieren dosis adicionales de energía, como deportistas, personas que realizan actividades con altas exigencias físicas e intelectuales, niños y ancianos. Si bien la mies es asimilada por la inmensa mayoría de las personas, pueden darse algunos casos en que se presente alguna reacción adversa, como por ejemplo aquellos que son alérgicos al polen y, por supuesto, los diabéticos.

Más allá de su dulce sabor, del innegable placer de saborearla untada sobre un trozo de pan recién tostado o agregada como edulcorante en jugos y bebidas, por sus propiedades medicinales y cosméticas, la miel puede utilizarse de muy diversas formas. Sus propiedades cicatrizantes y humectantes la convierten en el ingrediente número uno de cremas y ungüentos para la piel. Diluida en leche tibia es una excelente loción que se aplica en el rostro y el cuerpo; mezclada con yema de huevo y unas gotas de aceite de almendras para cutis seco o jugo de limón para cutis grasos es una excelente mascarilla limpiadora y preventiva de las arrugas. Además, mezclada con una infusión de berros, sirve para atenuar las manchas en la piel, y combinada con glicerina y jugo de limón ayuda a aliviar irritaciones y quemaduras causadas por la insolación.

La miel es la estrella protagonista de centenares remedios caseros, recetados para aliviar y prevenir toda clase de males, desde artritis y fiebre hasta un excesivo deseo sexual. En caso de irritación en la garganta producida bien sea por gripe, inflamación o lesión o ulceraciones en la boca, se recomienda hacer gargarismos con una cucharada de miel diluida en medio vaso de agua tibia. Igualmente, en casos de tos, gracias a los monosacáridos, la miel tiene un efecto expectorante y antitusígeno. Por su parte, a las personas que sufren de úlcera gástrica se les aconseja tomar una cucharadita de miel pura en las mañanas, dejándola diluir bien en la boca antes de tragarla; luego, debe esperarse al menos una hora antes de ingerir cualquier otra cosa.

La combinación de miel y jugo de limón también se recomienda para casos de fiebre, tomándose varias cucharaditas durante el día. Su consumo tiene efectos positivos a nivel del corazón, ya que favorece la producción de fosfatos orgánicos que regulan el ritmo cardíaco y estimulan el riego coronario. Igualmente, por ser rica en minerales y oligoelementos influye sobre las enfermedades reumáticas; estimula el metabolismo hepático por lo cual tiene un efecto desintoxicante en todo el organismo, y es un extraordinario reconstituyente.